Anarquía en las carreteras

2014-04-21 10.17.23

Padres de familia de Ucuchi bloquean el camino por malentendidos con la Directora de la escuela

Cuando usted prepare un viaje en Bolivia, aunque sea desde Capinota, debe leer bien el periódico y ver si no hay amenaza de bloqueo. De esta manera puede librarse de un sesenta por ciento de los contratiempos en las carreteras. Podría quedarse en su casa haciendo algo productivo que es mejor que quedarse en medio camino, a pleno sol y probablemente sin comida. De esta manera logramos evadir los bloqueos del último paro de la Federación del Transporte de Cochabamba, que con claro tinte político fue lanzado por su titular, Lucio Gómez, quien busca convertirse en candidato a Senador en las próximas elecciones nacionales. Pretendía, dice, demostrar su poder, sin importarle la molestia y el perjuicio que ocasionó a miles de ciudadanos.

El otro cuarenta por ciento de bloqueos definitivamente no los puede evitar, porque se ejecutan en cualquier momento y a libre albedrío de los habitantes de cualquier zona o localidad, sin el menor respeto por quienes están de viaje.

El lunes después de la Feria del Guarapo salimos a media mañana a Cochabamba y nos topamos con un singular bloqueo en Ucuchi. Averiguadas las cosas, el motivo era por lo demás de singular, casi inconcebible. Los padres de familia de esa comunidad decidieron bloquear porque la Directora del establecimiento educativo estaba por pedir cambio de una de las profesoras, misma que tenía el apoyo de un buen porcentaje de los padres. Los bloqueadores permanecieron imperturbables a nuestras quejas. Incluso les dimos ideas y argüimos que debían buscar otras formas de lucha menos perjudiciales para el resto del pueblo. Por ejemplo: bloquear la casa de la Directora o impedirle la entrada hasta que no responda por sus actos. En otros tiempos se sacaba en burro a los personajes indeseables. En fin, mil argumentos que no fueron más que plegarias al viento.

Pudimos vencer el bloqueo gracias a que somos conocedores de los caminos capinoteños y gracias a nuestra doble tracción; no sin antes evitar algunas vías que habían sido bloqueadas con arena y cascajo, un nuevo estilo de bloqueo cuando los bloqueadores son pocos. Se toma una volqueta y se echan unas camionadas de cascajo en la vía. A ver quien pasa.

Después de gran esfuerzo llegamos a Vinto, donde nos topamos con otro bloqueo, parece ser que por un tema de regantes. Ya no tuvimos valor de averiguar las causas y nos dirigimos hacia la cordillera del Tunari buscando encontrar algún sendero expedito que nos permitiera avanzar. Lo logramos.

Sin embargo cuando ya respirábamos aliviados, en el kilómetros 11 de la Blanco Galindo encontramos otro bloqueo, que nos dejó completamente exhaustos pero no descorazonados para seguir avanzando. Entre idas y venidas encontramos recovecos que nos permitieron llegar tarde a nuestro almuerzo de cada día. Cinco horas de viaje y el convencimiento de que somos conocedores del camino entre nuestro pueblo y la ciudad.

Este reconocimiento íntimo no recompensa los esfuerzos realizados ni la rotura de muñón de nuestro vehículo. Seguimos pensando con impotencia que en este país, cualquier hijo de vecino tiene la posibilidad de pararlo y perjudicar el proceso productivo necesario para su desarrollo. La pregunta es: ¿ hasta cuando?

2 respuestas so far »

  1. 1

    jorge said,

    Hola, saludos desde Saitama Japón, la verdad nunca pensé quenuj blog de un pueblo tan chico en un país tan raro como Bolivia me llamaría tanto la atencion.
    Conozco Bolivia, mas de lo necesario ny su relato me encanto, siga con este gran blog


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