Juego de luces navideñas desplegadas en la plaza principal por la Alcaldía Municipal
Con bastante tranquilidad terminaron las fiestas navideñas en el pueblo de Capinota. Además de las consabidas liturgias de fin de año, las fiestas pasaron sin mayor trascendencia. En ellas se nota también el cambio de las costumbres que se perciben en casi todas las fiestas, como producto de la “modernidad” que nos aqueja. Empiezan a dominar los fuegos de luces y se van perdiendo lindas costumbres de antaño que giraban alrededor del armado del Nacimiento del Niño Jesús. Ahora las autoridades se concentran más en las luces que en los nacimientos.
En otras épocas el evento principal giraba alrededor de la Misa de Gallo, el 24 de diciembre, donde medio pueblo se volcaba. A la salida de la misa había cohetes, niños jugando y sin número de puestos vendiendo api, pasteles y lo más agradable, empanadas con jigote. Eso ya no hay.
En los últimos años la COBOCE solía impresionar colocando un pesebre ricamente adornado de luces. Este año no lo hizo. Parece que ya ni le interesa impresionar con juegos de fantasía; la tarea fue del Municipio. Con el poco gusto que caracteriza a la Alcaldía, se desparramaron luces de foquitos de colores, por aquí y por allí, alrededor del quiosco y de las pasarelas que lo rodean. El nacimiento, en tanto, permanecía a oscuras en medio del quiosco, sin atraer la atención de los transeúntes.
Así, opacamente, llegó el Año Nuevo; un 2016 lleno de esperanzas para los capinoteños, que esperamos sea de prosperidad para todos y, principalmente para el pueblo, que encuentre solución a sus principales problemas.
Capinota 