Archive for noviembre, 2013

Capinoteño relata su paso por el correo nacional

Mario Rosales

Mario Rosales Rocabado muestra el libro en el que sintetiza su historia personal ligada a los correos de Bolivia

Un día salió del pueblo con su humilde valija, consistente en un bolso deportivo en el que no olvidó poner sus cachos de futbolista. Estaba decidido a triunfar o morir en el intento. Al poco tiempo comenzó a trabajar como cartero en Cochabamba y llegó a ser el Director General de los Correos de Bolivia. En ese momento cumplió sus sueños y la promesa que hizo a su madre al dejar Capinota.

No fue fácil la vida para Mario Rosales Rocabado, quien sólo tenía su inteligencia y una voluntad férrea para avanzar hacia el logro de sus objetivos. Desde el momento en que comenzó a trabajar se enamoró de su trabajo y de la empresa de correos, a la que dedicó los mejores años de su vida y en la que pasó los mejores de ella, según lo comenta él mismo en el libro que publicó contando todos los avatares de su carrera profesional de casi 40 años.

Macucho, como era conocido en su pueblo, no cesó de aportar y subir las escalas de la jerarquía institucional desde el momento en que empezó a trabajar. En esa carrera ocupó casi todos los cargos posibles, fue Interventor de Correos en Uyuni, Inspector Nacional de Correos, Jefe del Departamento de Transportes, Administrador de Correos en Tarija, Administrador de Correos en Santa Cruz, Director Nacional de Capacitación, Administrador Principal de Correos de La Paz, antes de ocupar el cargo máximo de la institución.

Su catapulta más importante fue la creación de los correos expreso Ultima Hora, basados en el servicio de flotas, y que tenían en su inicio más de imaginación y buena voluntad que de base técnica, aunque ya mostraban algunas características de los temas que le preocupaban: la eficiencia y la rapidez. Desde entonces siempre estuvo apuntalando y mejorando los servicios expresos para servir mejor a los usuarios, al tiempo de no doblegar a su institución ante el embate de los nuevos correos de origen transnacional como Federal Express, DHL y otros, que golpearon duramente a los tradicionales, inseguros y lentos correos nacionales. En esa marcha no desmayó en el mejoramiento del Correo Expreso y de los EMS (Express Mail Service) que ahora dan la cara de modernidad de nuestros correos nacionales.

Tanto por su experiencia personal como la del conjunto de los trabajadores postales, una de sus mayores preocupaciones fue siempre su capacitación, la del resto de los recursos humanos y la tecnificación de los servicios. De manera personal no perdió oportunidad para capacitarse contínuamente. Se recibió como Técnico Postal de Nivel Medio en Buenos Aires y, desde entonces, siguió formándose en cursos, talleres y seminarios en diferentes países del mundo, principalmente: Brasil, USA, Costa Rica y Paraguay. Lo aprendido fuera del país fue siempre objeto de réplica para el resto de los trabajadores con los que tenía relación de trabajo.

Comprendió en su momento que para tener un buen servicio postal era imprescindible seguir patrones y normas internacionales, por lo que no vaciló en estrechar vínculos y conseguir apoyo de los organismos internacionales que dan las pautas a los servicios de correos, principalmente la UPU (Unión Postale Universal) y la UPAE (Unión Postal de las Américas y España) con las que estuvo estrechamente relacionado durante toda su carrera. Por lo mismo, no fue un correista centrado únicamente en la fluidez del servicio interno, sino que buscó internacionalizar los servicios postales, lo que lo llevó a mantener estrechas relaciones con correos de otros países, con cuyos directivos mantenía una comunicación permanente.

En agosto de 1989 fue posesionado como Director General de Correos y, entonces, pudo culminar algunas de las actividades que lo tenían en vigilia. Siempre luchó por dar mayor autonomía al correo y dar mayor descentralización a los servicios locales. El 9 de octubre de 1990 y con la presencia del Presidente de la República, Jaime Paz Zamora, se dio la creación de la Empresa de Correos de Bolivia (ECOBOL) como Empresa Pública de Administración Descentralizada, con personalidad jurídica propia, de la cual fue su Director Fundador.

Desde ese puesto de expectativa, Macucho continuó con las tareas que siempre lo inquietaron: más eficiencia y más seguridad para los correos. Resultan anecdóticos los múltiples casos de lucha anticorrupción en los que estuvo comprometido, poniendo en riesgo su propia seguridad personal. Siguió, también, dotando de mayor comodidad e infraestructura a las oficinas de correos. Estrenó edificios en Sucre, Tarija y Villamontes y, el 20 de julio de 1992, hizo la entrega de la Casa de Correos de su pueblo natal, Capinota.

Hasta ese entonces y, para los que tienen memoria, los correos capinoteños funcionaban en la casa de la familia Castro. Fue Don David Castro el encargado del correo local por decenios, hasta el día de su muerte. Posteriormente los servicios fueron flaqueando hasta prácticamente desaparecer. La Casa de Correos fue un estímulo, pero no lo suficiente para mantener el servicio en la Provincia; pero ese es tema de otro artículo.

En su libro, Mario Rosales nos entrega su propia historia ligada a la historia de los correos de Bolivia. Está escrita en un estilo simple y coloquial, con muchas fotos que ilustran de manera muy gráfica lo que han sido los correos bolivianos en los últimos 40 años. El libro lleva el nombre de “Mi paso por el correo de Bolivia”, impreso en la Planta Gráfica de la Editorial Serrano, 2010, Cochabamba, Bolivia.

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Noche de Difuntos, noche de encuentro

Cementerio

Miles de velas alumbrando el cementerio en la noche oscura

Como todos los años estuvimos en la cita con los Difuntos, en el cementerio del pueblo. Allí se dan cita todas las familias y casi todos los capinoteños. Todos tienen alguien a quien venerar o recordar. Allí se produce un reencuentro con los suyos. Con el espíritu de cada uno de los que ya han partido.

El tiempo era bueno. Propicio para que las velas que llevé para mi padre y mis abuelas no se apaguen. El camposanto en su conjunto rebosaba de luces pequeñas, millares de velitas que como luciérnagas alumbraban las tumbas en la oscuridad.

Por allí pasaron también parientes y amigos, los de la infancia, los de la familia, los que llegaron para la fecha. Aquellos que todavía recuerdan a los que han partido hace ya algunos años. Compartimos con ellos y con los amigos de las tumbas vecinas, donde no faltaba alguna banda o un grupo de niños rezando. Rezos modernos, porque los tradicionales ya se han perdido. Nos invitaron cócteles y chicha. También convidé de mi propio singani, similar al que mi padre elaboraba hace 40 años.

Lindo momento de reflexión y reencuentro.

Al día siguiente, sábado, Día de los Difuntos, fuimos a esperar la llegada de los que partieron el último año y a compartir las ofrendas de sus familiares, colocadas en grandes mesas donde brillan toda clase de golosinas y hasta las comidas que fueron del gusto de los difuntos.

Fernando Paz

Grupo de niños rezando alrededor de la mesa dedicada a Fernando Paz Claure

Este año nos tocó participar sólo en dos mesas. En primer lugar estuvimos compartiendo con Fernando Paz Claure, aquel amigo de la infancia con el que jugábamos futbol con una pelota de naranja, de las naranjas que se producían en la plaza. Fernando, que después se volvió una persona taciturna, era un habilidoso gambeteador, además de ser un buen contador de cuentos, sobre todo de terror. Nos sentábamos a escuchar y compartir estos cuentos en algún asiento de la plaza, de donde no nos movíamos por temor a pasar por la esquina donde había sido degollada una mujer, o por la otra esquina donde reinaba la “billarbola”, abusadora de niños. En esos tiempos no había luz en las calles y retornar a la casa era una odisea similar a la de llegar al cementerio de noche.

Posteriormente nos fuimos, ya en grupo, a visitar la mesa de Alberto Angulo, esposo de la carnicera Teresa, la que nos provee suculentos cortes para parrilla, y quien murió joven en un accidente de tránsito. La atención fue esmerada. Allí se volcó la mesa y fuimos convidados a un picante de gallina, regado con una apetitosa chicha natural, sin azúcares ni endulzantes.

Apu Lucusa

El grupo de zampoñeros Apu Lucusa visitando las diferentes mesas preparadas en el pueblo y ofrendando su música

La novedad fue la visita del grupo de viento “Apu Lucusa” que por propia iniciativa, estuvo visitando algunas mesas y ofreciendo todo su repertorio vernacular, donde predominan los sones zampoñeros y las lloronas tarkas. Este grupo, comienza a hacerse conocer, reivindicando y rescatando la música grupal de nuestros pueblos, ahora cada vez más rara. Es un grupo numeroso, de diez componentes, casi todos relacionados con el Centro Cultural Capinota.

En síntesis, buena comida y buena música para celebrar la llegada de nuestros muertos, en la fiesta más linda del año.

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Se registra sismo de 4.5 grados en la provincia Capinota de Cochabamba

ANF / La Paz. Página Siete, sábado, 09 de noviembre de 2013

De acuerdo al reporte del Observatorio, el sismo acaeció a una distancia aproximada de 2 kilómetros al este de la población de Villa Capinota, a 18 kilómetros al sur de la población de Santivañez y a 36 kilómetros al sudoeste de la ciudad de Cochabamba.

Un sismo de magnitud 4.5 grados en la escala de Richter se registró este sábado en la provincia Capinota del departamento de Cochabamba, sin reporte de daños materiales ni personales, según informe del Observatorio San Calixto. De acuerdo al reporte del Observatorio, el sismo acaeció a una distancia aproximada de 2 kilómetros al este de la población de Villa Capinota, a 18 kilómetros al sur de la población de Santivañez y a 36 kilómetros al sudoeste de la ciudad de Cochabamba. El Observatorio San Calixto señaló que no se reportaron daños materiales ni personales en este movimiento telúrico, que tuvo una profundidad superficial, una intensidad de 2 en la escala de Mercalli y aconteció a las 13:20 horas de este sábado.

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Crónica de una inundación anunciada

Inundaciones

A comienzos de 2013 ocurrieron graves inundaciones en diferentes puntos del pueblo, principalmente en la zona este

El gran escritor colombiano, Gabriel García Marques, demuestra su maestría en su novela “Crónica de una muerte anunciada” en la que relata al comienzo lo que pasará al final de la historia. De esta manera, dice, el día en que lo iban a matar, Santiago Nasar era el único en el pueblo que no lo sabía. Todo el pueblo sabía que iba a morir, menos él. El resto de la novela es un relato exacto de aquello que iba a pasar y pasó.

En Capinota sucede lo mismo. Todo el mundo sabe que habrán graves inundaciones, menos sus autoridades.

De manera repetida lo hemos dicho en nuestro blog. Por diferentes circunstancias se han agudizado las condiciones para que ocurran inundaciones cada año en el casco urbano, continuando lo que ya es una grave rutina desde hace algunos años. Las inundaciones del 2013 fueron particularmente graves.

Tan grave es la situación que la Unidad de Gestión de Riesgos del Gobierno Departamental ha elaborado un mapa de riesgos de desastres naturales y otro mapa de amenaza de inundaciones en el departamento. En este mapa Capinota figura entre los municipios de mayor riesgo junto a Quillacollo, Vinto, Colcapirhua y los del trópico, que son los más vulnerables.

Para confirmar nuestro presagio (que no es de mal agüero) hace pocos días y después de una leve lluvia ya ocurrieron inundaciones en casas ubicadas cerca del Colegio Fe y Alegría y en la calle Careaga Lanza, al final de Pampa Capinota; paradójicamente, cerca de donde se acaba de estrenar el pavimento.

Para que no quede duda, vamos a enumerar las causas por las que habrán inundaciones en Capinota en la próxima temporada de lluvias:

Inundaciones en domicilios

La gente luchó inutilmente toda la noche contra las aguas que penetraban por todo lado

1) Como efecto del pavimentado se eliminaron varias acequias y canales que conducían el agua hacia el río en sentido norte-sud. Ahora las aguas buscan un escape y bajan de oeste a este;
2) Pavimentación de calles con un nivel mayor que el que tienen las acequias de desagüe desde hace siglos, al extremo que muchas casas quedaron enterradas bajo el ripio y el cemento;
3) Casas antiguas sin posibilidad de desagüe pluvial porque quedaron debajo del nivel de un canal de riego (la acequia principal que atraviesa el pueblo) construido hace unos cinco años;
4) El acelerado e irracional negocio del loteamiento y parcelamiento de terrenos en jabros y alturas con total destrucción de los canales naturales y desvío de aguas hacia acequias insuficientes;
5) Falta de dragado de los ríos, principalmente el Cárcel Mayu y el Lucusa, que cada vez están más elevados, por lo que se deja que su desagüe sea por el método de inundación forzada;
6) Falta de criterio técnico de parte de la Alcaldía que acepta todo lo que hace la empresa constructora COBOCE y otras sin hacer propuestas ni servir como contraparte técnica. Esto los lleva a buscar soluciones parche, como el dragado de un canal nuevo sin opciones de desagüe real (ver nuestros artículos previos).

Por todo lo anotado y, sin lugar a equivocarnos, anunciamos como el gran Gabo: “El día que se iba a inundar Capinota, todos lo sabían menos sus autoridades”.

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