Sin lugar a dudas la apertura y el funcionamiento de la pizzería La Bohemia han cambiado la noche capinoteña y están influyendo de manera profunda en un cambio de hábitos culinarios y de gustos de la población local.
Ya hablamos de los primeros esfuerzos de sus propietarios, Miguel Paz y su esposa Soledad, cuando comenzaron su emprendimiento como un puesto ambulante en plena plaza 1ro. de Octubre. Fue una idea genial, con románticas velitas alumbrando el centro de sus mesas de madera. Más de un año después la pizzería se ubicó en un local fijo, a media cuadra de la plaza, que ha ido creciendo en tamaño y número de mesas.
Cuando vimos a los jóvenes propietarios en sus primeros esfuerzos dudamos que irían a tener éxito con una comida tan de ciudad y con toque internacional, pero la experiencia demostró que los capinoteños también estaban cambiando; que sus gustos se estaban globalizando y sus paladares abriéndose a nuevos sabores.
La pizza se hace con una masa plana de harina de trigo, sal agua y levadura, a la que se le añaden algunos elementos comunes como la salsa de tomate y queso fundible, generalmente muzzarela. A esta base se le añaden ingredientes internacionales como salami, champiñones, jamón, aceitunas, etc. o locales como cebollas, maíz, piña o hasta el locoto. La pizza se originó en Nápoles (Italia) y de allí se extendió por todo el mundo con infinidad de variantes e influencias locales. En La Bohemia se puede optar por una de las cuatro pizzas ofrecidas en su menú: la Napolitana, la Criolla, la de Jamón Tradicional o la Hawaiana. Todas son servidas en tres tamaños y de manera limpia y profesional.
Aunque en algún momento tuvo un pequeño bajón en la cantidad de ingredientes, en la última ocasión que comí una napolitana, pude comprobar que su consistencia y sabor habían mejorado notablemente. En la oportunidad me encontré con Rino Romero, Presidente de los bolivianos en Nueva York, quien muy bien impresionado me dijo: “Muy buena la pizza, calidad internacional….”
Lo que hablamos de la pizza es reproducible con otros productos de su menú, principalmente los cafés. Llama la atención la cantidad de cafés capuccinos y expresos que son pedidos cada noche por aquellos que gustan de estos complementos gourmets o por aquellos que quieren probarlos, aunque sea por primera vez. También tiene una carta de licores y de vinos de mesa comunes, no muy variados aunque dan la opción de complementar el sabor de la pizza.
Pero tal vez el espíritu de La Bohemia no viene necesariamente de su pizza sino del toque bohemio e intelectual que se le pretende dar. La Bohemia se ha constituido en el foco principal que irradia cultura y arte en el endeble ambiente cultural capinoteño. Allí se concentran espíritus juveniles, gente con alguna preocupación por las artes, el deporte y la cultura. De manera permanente desde allí se están promoviendo algunas actividades que salen del común quehacer pueblerino, tan influido por el alcohol y la fiesta de parranda. En la Bohemia actúan grupos musicales, folklóricos, se exponen cuadros de pintores locales y nacionales y se han pintado algunos murales; desde La Bohemia se promueven algunos deportes relacionados con el ciclismo, el parapente, o similares. Todo responde a la incansable e imaginativa actividad positiva de su propietario. La Bohemia es un lugar refrescante para el espíritu, que tiene la capacidad de contagiar a los más jóvenes.
Deseamos éxito y largos años de vida a este interesante esfuerzo que nació con pocos recursos materiales pero con mucha fuerza en el corazón.