Enrique García Ayaviri* (publicado en La Razón el 24 de ab ril 2009)
El 27 de abril de este año, la ciudad de Capinota, capital de la provincia del mismo nombre, en el departamento de Cochabamba, conmemora 450 años de su fundación. Esta nota trata de resaltar, brevemente, la poco conocida, pero importante labor que desempeñaron los primeros habitantes del poblado de Capinota, en la historia temprana del desarrollo agropecuario de la actual Bolivia.
El origen de esta labor empieza con la fundación del curato de Capinota por los padres de la Orden de los Agustinos, en un territorio que fue, desde tiempos muy antiguos, un valle fértil y bien irrigado y habitado por varias naciones confederadas en el Kollasuyo. En efecto, el 27 de abril de 1559, la Orden de los Agustinos, a la cabeza de su prior, Fray Luis López de Solís, realiza el acto protocolar de la fundación del poblado de Capinota y empieza la construcción del convento y la iglesia de San Pablo, en lo que hoy es la plaza principal del pueblo. Alrededor de ella habría de conglomerarse, en los siguientes siglos, una importante población civil de agricultores indígenas, españoles y mestizos.